La temporada de ropa primavera-verano será diferente a todas. No por sus colores, sus textiles o sus diseños, sino porque podría haber faltantes de productos a partir de agosto. Quienes quieran y puedan renovar el vestidor, tendrán que elegir esta vez entre un abanico mucho menor de opciones.
Mientras tanto, con los comercios cerrados y apelando sólo al canal online, todo el sector sufre el desplome de las ventas. Costura, tejido, hilandería, entre otros, son los actores noqueados por el parate. Las marcas intentan salir a flote con promociones, adelantos de las liquidaciones y diversas ofertas como 2×1 en ciertas prendas, especialmente las de niños.
Según un reciente informe de CAME, las ventas minoristas cayeron 34,8%. En indumentaria, la caída promedio en el país fue de 47,5% pero con un descenso de 23,3% en el interior del país y de 71,7% en AMBA. “Hubo muchos faltantes en los comercios, en parte por falta de liquidez para comprar stock y proveedores que solo aceptaban la facturación en efectivo. Eso, más la poca circulación de gente y los protocolos que no permiten más de una o dos personas a la vez en el negocio, aplastaron la venta”, sostuvo CAME.