La última encuesta de la Fundación Pro Tejer, correspondiente al segundo trimestre de 2025, revela un panorama desafiante para la cadena textil e indumentaria. Se observan caídas generalizadas en ventas, producción, empleo e inversiones, en un contexto marcado por la debilidad del consumo interno, la presión importadora y la falta de políticas industriales que sostengan la actividad del sector.
Medidas necesarias para revertir la situación
- Reforma tributaria con enfoque federal orientada a la producción, señalada como prioritaria por 7 de cada 10 empresas.
- Control de la competencia desleal, en particular frente al ingreso de productos importados, preocupación de 4,4 de cada 10 empresas.
- Corrección del tipo de cambio, considerada clave por 3 de cada 10 empresas para mejorar la competitividad interna y externa.
- Políticas de fomento al consumo interno, como el financiamiento a tasa subsidiada de productos nacionales, mencionada por 3 de cada 10 empresas.
- Otras medidas relevantes: incentivos a la inversión productiva, políticas de ingreso que fortalezcan el poder adquisitivo y alivio de los costos energéticos.
Estos resultados subrayan la urgencia de políticas públicas activas y coordinadas que fortalezcan el entramado productivo, estimulen la inversión, promuevan el empleo y mejoren la competitividad, en un escenario de incertidumbre y pérdida de dinamismo económico.
Ventas y producción en retroceso: el consumo no repunta y aumenta la presión importadora
Durante el segundo trimestre de 2025, la mitad de las empresas del sector registró una caída en sus ventas respecto del mismo período del año anterior, con un descenso promedio del 7%. Al ampliar la mirada a los últimos dos años, el panorama se agrava: 8 de cada 10 empresas redujeron sus ventas, con una baja promedio del 28% en comparación con el segundo trimestre de 2023.
La producción acompañó esta tendencia negativa. El 50% de las empresas disminuyó su nivel de producción respecto del año anterior, con un retroceso promedio del 12%. En relación con el primer trimestre de 2023, 8 de cada 10 compañías muestran caídas, con una baja promedio del 30% en la producción.
Como consecuencia, el uso de la capacidad instalada tampoco evidencia señales de recuperación. Solo el 15% de las empresas mejoró su utilización respecto del primer trimestre de 2024 y apenas el 5% en comparación con dos años atrás. A dos años vista, el 75% de las empresas registró una caída en su UCI, con un retroceso promedio de 24 puntos porcentuales.
Entre las principales razones que explican la baja en la producción, las empresas señalan:
- La mayor participación de productos importados en el mercado local (82%).
- La pérdida del poder adquisitivo de los consumidores (80%).
- La apreciación del tipo de cambio (40%).
Estos datos reflejan un escenario complejo para el entramado productivo, que enfrenta una fuerte retracción de la demanda interna, crecientes presiones externas y condiciones cambiarias que afectan la competitividad-precio.
Alerta en el empleo: la mayoría de las empresas aplicó ajustes
La caída en la actividad impactó directamente en el empleo. El 72% de las empresas indicó haber tomado medidas que afectaron su dotación de personal entre fines de 2023 y marzo de 2025. Las principales acciones fueron la cancelación de horas extras, el cierre de turnos y los despidos.
En particular, 6 de cada 10 empresas redujeron su plantilla en ese período, lo que refleja una clara contracción del empleo industrial a nivel federal.
Respecto de las expectativas para lo que resta del año, 4 de cada 10 empresas creen que su situación empeorará, 5 de cada 10 esperan que se mantenga sin cambios y solo 1 de cada 10 proyecta mejoras.
Inversiones paralizadas y exportaciones con obstáculos
Tras varios años de fuerte dinamismo inversor, el 75% de las empresas no realizó inversiones en maquinaria ni en ampliación de capacidad durante 2024, y el 80% no lo hizo ni planea hacerlo en 2025. Las razones principales son el alto porcentaje de capacidad ociosa, la retracción del mercado interno, la pérdida de participación frente al avance de las importaciones y la elevada incertidumbre económica.
El frente externo también enfrenta dificultades: 85% de las empresas identifica obstáculos para exportar, siendo los principales el tipo de cambio y la presión tributaria.